Es imposible contar la historia de “La Celeste” sin recorrer las generaciones de la familia Piro, porque “La Celeste” es eso, una historia Familiar, plagada de recuerdos felices y de momentos duros, de sacrificios y satisfacciones y por sobre todas las cosas de CRECIMIENTO.
La primer panadería nació en el año 1952 cuando el abuelo Vicente Piro junto a su mujer Liboria Marano decidieron iniciarse en el rubro sin siquiera imaginar que su trabajo llegaría a las próximas generaciones.
Con el pasar de los años, Liboria quedó a cargo del negocio por el fallecimiento de su esposo y se incorporó a la panadería su hijo Julio Piro (abogado) junto a su mujer, su hermana Alejandra y los hermanos de su esposa, Ricardo y Pablo.
Desde pequeños los hijos de matrimonio de Julio (Julio, Mariano y Tomás) fueron aprendiendo el oficio de su padre observándolo trabajar, pero en el año 1997 "La Celeste" cerró sus puertas y la familia vivió épocas difíciles en las que tuvo que vender gran parte de las maquinarias para poder recuperarse.
Los hermanos Piro fueron creciendo y tomaron diferentes caminos estudiando y trabajando en otros rubros, y como parte de este crecimiento también llegaría una nueva generación a la familia junto a Catalina, hija de Julio, que en el año 2008 llegó para renacer “La Celeste”. Eran momentos difíciles y había que sostener a una nueva familia.
“No puedo describir con palabras lo que sentí el primer día que vinimos a la fábrica, estaba todo tapado en tierra, parecía que un tornado había pasado por acá, imagínense 11 años parada en Barrio Güemes” comenta Tomás, el menor de los tres hermanos Piro.
Sólo quedaba una máquina de cada una, parecía poco, pero fue lo suficiente para retomar el trabajo. Contamos con la ayuda de muchas personas como Mauricio y Marcos, primos de la familia; Julio, el hermano mayor quien se fue interiorizando en la producción y en los procesos de cada producto; Javier, amigo de Julio y Facundo primo de la familia, quienes contribuyeron principalmente en lo económico a consolidar el proyecto.
Compraron materia prima, contrataron un empleado, salieron las primeras muestras y “La Celeste” volvió a la calle para no parar de crecer hasta nuestros días.
Fueron años complicados pero de aprendizaje constante, lidiando diariamente con conflictos cotidianos, desafíos y altibajos donde los hermanos Piro salieron adelante más unidos que nunca.
De aquellas épocas quedaron muchos recuerdos, miles de anécdotas, grandes personas, asados, cumpleaños, festejos. “La Celeste” empezó a crecer cada día más, más clientes, más panaderos, más empleados.
En 2010 se abrió la primer sucursal en la calle Belgrano y al poco tiempo la de la Calle Chacabuco, luego Independencia, Obispo Oro, Corro, Obispo Salguero, Obispo Trejo y en 2016 la sucursal de Rondeau. Hoy “La Celeste” es un orgullo para sus dueños y una apuesta al futuro, para que Felipe, Cruz María, Catalina y Bernardita disfruten del esfuerzo de sus padres y tengan un gran ejemplo para seguir siempre adelante.
¡Larga vida a La Celeste!
Para ser grande y tocar el cielo hay que empezar siendo pequeño y desde el suelo.
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